martes, 2 de junio de 2009

EL COMETA PLATENSE

El cosmos, ¿qué es?, quizás no haya una definición clara y concisa para saber de que se trata. Muchos dicen que cosmos es sinónimo de universo, el universo podría definirse como un espacio infinito donde están albergados varios conceptos: el tiempo, la materia, el espacio propiamente dicho y demás, como los planetas y las estrellas. Su origen data aproximadamente de unos 4.500 millones de años, y el responsable de esto fue el fenómeno conocido como “Big Bang”, dando origen al propio espacio universal y en segunda medida al planeta Tierra.
Desde ya, que en el universo que habitamos, podemos encontrar al planeta que nos alberga, la Tierra. Sobre este mundo, viven unas miles de millones de personas, pero más precisamente, en la ciudad de La Plata, en Buenos Aires, Argentina, vivía un joven muchacho llamado León Fontana, era aspirante en la carrera de astronomía en la Universidad de La Plata, hacía poco tiempo había terminado sus estudios secundarios y con mucho esfuerzo, pudo lograr el ingreso a la facultad. A pesar de tener tan sólo dieciocho años de edad, se fascinaba por el estudio de los astros y como no trabajaba, pasaba muchas horas en el observatorio, observando estrellas, constelaciones y a veces, en más de una ocasión, tenía la suerte de toparse con algún que otro quásar divagando en lo más remoto del espacio, a millones de años luz de distancia.
Cuando salía del observatorio, León aprovechaba para ir a correr por las tardes. Por las noches, se encerraba en su habitación, ponía música en el reproductor y comenzaba con la ejercitación en matemáticas, resolviendo ecuaciones diferenciales, nociones de cálculo integral y cálculo de límites, las matemáticas eran esenciales para su carrera, debido a que, para comprender cualquier fenómeno astronómico, se debían tener conceptos en física, y a su vez, para tener una buena base en conceptos físicos, era fundamental saber operar matemáticamente. Para muchos de sus colegas universitarios, estos ejercicios resultaban sumamente molestos y aburridos, pero para el propio León resultaban agradables y amenos, este tenía mucha facilidad para comprenderlos y resolverlos en un santiamén.
León, era un muchacho normal, a pesar de estar tan fascinado con la ciencia, los sábados por la noche iba a bailar, y si le era posible, los domingos iba a la cancha a ver a su equipo de fútbol, Gimnasia y Esgrima de La Plata, como era socio del club, siempre podía adquirir una localidad para ver plácidamente los espectáculos futbolísticos en su ciudad. Luego de comer un rico asado los domingos, se preparaba para ir hasta el estadio conocido como “el bosque”, hasta que su garganta se quedaba seca por alentar al equipo de sus amores. El jovén, era muy afortunado, ya que, en Buenos Aires no había ninguna facultad excepto la de La Plata donde se dicte la Licenciatura en Astronomía. Por otra parte, al salir del estadio, León miraba hacia el cielo oscuro y observaba a las estrellas, inclusive se quedaba quieto mirando al ya negro firmamento por unos cuantos segundos, mientras la muchedumbre a su alrededor salía a empujones.
León no siempre salía contento de la cancha, a veces Gimnasia perdía y su enojo se hacía notar desde la platea, a tal punto que su espíritu futbolístico se estaba por quebrantar, en parte por qué el equipo platense peleaba duramente por no descender a una categoría inferior en los torneos locales. Además, tenía por costumbre ir solo al estadio, su padre era también fanático del fútbol como él, lo desventajoso era que el señor Fontana era hincha del equipo rival, de Estudiantes de La Plata. A pesar de cualquier circunstancia, siempre se hacían bromas entre ellos, sin pasar a mayores, sin insultos ni gritos desmesurados que puedan ofender a cualquiera de los dos.
El cuatrimestre, que comenzó el primer semestre del año 2009, iba transcurriendo normalmente, León cursaba un par de materias de matemáticas y una básica de la carrera conocida como Astronomía General. Con respecto a los horarios, como bien se ha mencionado previamente, cursaba por la mañana, por las tardes se la pasaba en el observatorio de la facultad y muy pocas veces en la biblioteca, donde se preparaba arduamente para entregar algunos trabajos prácticos. Claro que, esto no era nada comparado con lo que se le vendría a futuro, con Sistemas Estelares, Astrofísica y Matemáticas Especiales. Los grandes científicos y profesionales se hacen mediante el esfuerzo, el ímpetu y el estudio, León lo sabía muy bien, de modo que, por más que a veces le resulte difícil, debía lograr un progreso positivo hacia el futuro. Sus padres, los señores Fontana, siempre le daban ánimos para lograr sus objetivos.
León comenzó a vivir unos cambios en su vida, comenzó a sufrir una serie de disgresiones luego del día 31 de mayo de 2009, ese día domingo luego de salir del estadio de Gimnasia, se detuvo como lo hacía siempre y observó atentamente al cielo, notando claramente las constelaciones pudo observar atentamente una luz en la penumbra espacial, pensaba que posiblemente podía tratarse de un quásar o de una estrella más, desgraciadamente, el observatorio estaba cerrado como para observar hacia allí mediante el telescopio. Al caer la noche, estando acostado en su cama, siguió observando el destello que emanaba por la estrellada noche bonaerense, inclusive, el propio destello nocturno brillaba un poco más que la luna llena.
Al día siguiente, León fue directo hasta el observatorio, se posó frente al telescopio y al mirar hacia el espacio exterior, no pudo captar nada extraño, no pudo identificar claramente que podría ser aquella luz que vio la noche anterior, y sin darle más importancia, comenzó a realizar un trabajo práctico para Astronomía General. El tema que había elegido se trataba acerca de los cometas, desde ya, que para él, el más famoso y alucinante era el Cometa Halley, descubierto por Edmund Halley en 1705 y observado anteriormente por Regiomontano en 1472. Este fenómeno siempre llamó su atención y nunca había podido realizar un informe o un trabajo acerca del mismo, esta era la oportunidad para mostrar toda su capacidad. Un frenesí totalmente novedoso comenzó a posesionarse de su intelectualidad, a tal punto que descubrió cosas que no sabía acerca del propio cometa, como también un dato más sobre una misión espacial llevada a cabo en 1986: la Misión Giotto, donde un grupo de astrónomos logró posicionarse casi a 600 kilómetros de distancia del cometa Halley. Por las noches realizaba este informe, siempre observando también a aquella estrella que permanecía inmóvil en el cielo desde hacía ya varios días. Era sumamente raro que todavía ese destello siguiera allí.
Unos cuantos días después, su trabajo estuvo listo para ser entregado al profesor, León le consultó al mismo sobre el destello que vio las noches anteriores. El docente, argumentaba que podía tratarse de una estrella, no sería raro ver un mismo cuerpo estelar rondar en el espacio en una sola posición, sin embargo, León no creía del todo de que se tratase de una simple estrella. La noche del 24 de junio, el destello estelar seguía como hacía casi un més, inclusive el propio León aprovechó y le pidió un deseo. Luego, comenzó a planificar el modo de poder comprobar con sus propios ojos de que se trataba aquel destello, su mente infantil, perspicaz y joven lo condujeron a tomar una medida un poco criminal, estaba dispuesto a meterse en el recinto universitario en plena noche, e iría directo y sin escalas hasta el observatorio para mirar el resplandor que sólo se hacía notar por la noche, de seguro que en el día también se hacía presente, pero no era visible ante la simple vista humana.
La noche del viernes 26 de junio, León se propuso en interiorizarse en la universidad, abrigándose bien, se las ingenió para salir de su casa sin despertar a sus padres, caminó unas cuantas cuadras bajo el frío ambiente, y por fin llegó al recinto universitario. El observatorio estaba cerrado, como era de esperarse, pero gracias a la ayuda de una sofisticada herramienta, León pudo forzar la cerradura y entrar para observar en el precioso telescopio. Lo que vio, lo llenó de emoción, pudo apreciar algo que nunca había visto en fotos ni en imágenes de computadora, era un cuerpo astronómico muy precioso, no tan grande como un planeta, pero si lo suficientemente grande como para afirmar de que no se trataba de una simple estrella, ¿Qué sería?, lo más probable es que se tratase de un cometa, a pesar de que estaba a mucha distancia de la Tierra, podía apreciarse bien.
Nuevamente, un día más llegó, León estaba tan emocionado que se dirigió hasta la oficina del rector de la Universidad de La Plata, su visita se dio debido a que él le mencionó a que vio ese destello en el telescopio, además necesitaba la ayuda de un experto en astronomía para que pueda dar un veredicto concreto y definir de una vez por todas a que tipo de objeto astronómico pertenecia el resplandor. Lo frustrante para León Fontana, fue que esa noche, un grupo de docentes de la universidad observaron por el telescopio y aquel objeto ya no se veía, León se preguntaba como era posible que el destello se haya desplazado, no lo podía creer, hasta que por fin tuvo que hacerlo cuando vio también que solamente unas cuantas estrellas se veían a través del telescopio.
Unos cuantos días más pasaron y León se sentía un poco avergonzado, a tal punto en que algunos de sus compañeros de clase comenzaron a burlarse un poco de él. Sin embargo, a palabras necias oídos sordos. La noche del día 2 de julio de 2009, León observó desde el telescopio aquel destello, lo peculiar era que, ahora el resplandor estaba un poco más cerca, es decir, se podía ver más claramente que la vez anterior. El joven se estremeció un poco debido a que comenzó a conjeturar que fuese lo que fuese esa cosa espacial, estaba cada vez más cerca de la Tierra. El se preguntaba: ¿Qué es ese resplandor?, observando claramente notó que en la parte trasera, el destello brillaba gracias a una especie de cola, una cola un poco resplandeciente y con colores muy vivos, León ya no tenía dudas sobre lo que veía, pensaba dos cosas, o bien era un meteorito, o a lo mejor un cometa.
Nuevamente, León se dirigió hasta las autoridades universitarias, ahora como aquel desconocido fenómeno estaba más cerca de la Tierra, los expertos observaron por el telescopio del observatorio otra vez. El licenciado Herrera, un destacado profesor de Astrofísica y Matemáticas Especiales, se sorprendió al ver lo que sus ojos captaron, estaba casi temblando, el terror no siempre aparece por las noches ni en la oscuridad, en este caso aparecía a plena luz del día, Herrera, en un acto de locura total, pegó un alarido sumamente agudo. El rector, León y los demas docentes que estaban quietos en el observatorio se cuestionaron el por qué de tanto escándalo, inclusive, el propio León estaba con mucha bronca por qué no le creyeron desde un principio. El propio Herrera dejó el telescopio y les dijo a los demás que lo mejor era abandonar todo, aquel fenómeno que se aproximaba era sin dudas un cometa, hubiera sido más afortunado que fuese un simple meteorito, pero la Naturaleza había traído el primer cuerpo astronómico, también hubiese sido mejor que se tratase de un quásar. Herrera deambulaba para todos lados, estaba nervioso, el rector le preguntaba que era lo que en verdad ocurría y el propio licenciado no tuvo más opción que decir lo que vio. El licenciado Herrera, por tercera vez dijo que lo que se proyectaba a través del telescopio era un cometa, pero no un cometa común y corriente, lo mismo opinaba León al ver nuevamente por el artefacto, esa forma, se le hacía familiar, era algo que había visto previamente, hacía no mucho tiempo. León nuevamente pensaba: ¡No puede ser!, ¡Por Dios, como no me di cuenta antes!. La ciudad está en grave peligro, crease o no, la ciudad de La Plata debía ser evacuada cuanto antes, aquel cometa…se trataba del Cometa Halley, ¡¿Cómo era posible?!, no había explicación, el mismo había sido visto en las órbitas terrestres en 1986, y el próximo perihelio no debería darse hasta el año 2061, el cometa estudiado por Edmund Halley tardaba aproximadamente unos 74 o 75 años en volver a verse.
Para el mal augurio de todos, ya era demasiado tarde, sin un equipo sofisticado y con la gente corriendo por doquier, entrando en pánico y demás, no hubo más que hacer contra aquella amenaza, un final fétido era inminente, el futuro solo traía caos, destrucción y muerte. León estimó que todavía faltaba una hora antes de que el cometa choque de lleno contra la ciudad de La Plata, mientras pensaba con una cuchilla en su mano derecha: ¿Qué fue lo qué salió mal?, ¿Por qué el Cometa Halley fue visto ahora en 2009 y no en 2061 como era previsto por la ciencia?, no había explicación alguna, ni siquiera una explicación lógica, lo catastrófico era que el miedo apareció de lleno, a tal punto que León entró en pánico y no pudo más con su propio ego, este tomó la horrible decisión de hacerse un corte abdominal con su arma blanca, decidió que eso era lo mejor a sufrir una muerte tortuosa y desconocida por parte del cometa, del Cometa Halley, que en un acto yuxtapuesto, destruyó toda la ciudad de La Plata, la cual en un momento determinado de la historia, fue capital de la Provincia de Buenos Aires.

FIN

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